La Gran Ginebra.
Ginebra, Suiza, es un territorio de vanguardia. El motivo de esta desafiante afirmación es que aquella ciudad cuenta con una capacidad territorial a la que denomino “geométrica“, que dirige por desde adentro a sus habitantes y a su gobernanza a una interconexión física como meta principal para el desarrollo. Este reconocimiento y autoproyección espacial de las personas, al relacionarse, tiene como efecto que en la actualidad se viene desarrollando el proyecto transfronterizo denominado “Grand Geneve” o Gran Ginebra, que conforma conjuntamente con una área especifica del territorio Francés, un suelo unificando administrativamente y direccionado para el desarrollo de sus potencialidades. Este es el punto que abordo y conceptualizo, el fenómeno que denomino “geométrico”en la conformación de un territorio exitoso.
Anotaciones previas
Esta observación se dió durante el viaje y posterior estadía en aquella ciudad por trabajo. Viaje que inició desde el lado Italiano de los Alpes, para luego desde el lado Francés de dichas montañas, es decir, un desplazamiento del Este al Noroeste.
Empezaré por decir que me ocupe en tratar de comprender espacialmente las dinámicas de la ciudad, es decir su movilidad, con ello sus salidas y llegadas, procurando una mirada a esa escala. Con el ir y venir, salir y entrar, pretendí comprender poco a poco a aquella ciudad alpina.
Los Alpes
Partiendo de la estación de Milán a Ginebra el paisaje se muestra llano y tras el curso de aproximadamente dos horas el suelo va cambiando paulatinamente, de llanas a moderadas pendientes. El avistamiento de las cadenas de montañas topográficamente semejantes al andino hacen prever la cercanía a los alpes, además, su forma escarpada da la apariencia de un área inpracticable para las actividades de una ciudad. Una vez dentro, se ve con agrado que dicha suposición y exageración previa no es cierta. Una serie de pisos altitudinales naturales y conformaciones artificiales es la bienvenida del paisaje. Andenes, como se le llama en mi país al acondicionamiento de suelo inclinados, son parte del paisaje que muestra y conforma los suelos ocupables aptos para el desarrollo.
Ahora bien, este suelo daba la impresión de ser menos hostil que el andino. Sin embargo, las distancias entre montañas y el suelo apto no eran más amplias que las de sus símiles peruanas. Acaso la diferencia radicaba en su topografía? Sus áreas al pie de montaña no eran significativamente distintas a las nuestras. Entonces, que sucedía?. Esto me llamo la atención inmediatamente, sus pisos parecían tener mejor morfología para el habitar. Como asi?. En ese momento, tan temprano en el viaje no sabía si era por su propio territorio, distinto al nuestro, luego veré que no, o por el emplazamiento y posicionamiento de la ruta utilizada. Tras el paso de varios meses, noté que se debería por lo segundo principalmente.
Concluí respecto a los Alpes que la conexión del suelo estaba directamente relacionada con la distribución del tamaño y posición de las parcelas, es decir, se encontraban racionalmente distribuidas de acuerdo a su topografía. Esta relación no presentaba mayores desafíos y era para mi una aplicación sensata de como en esa escala los pobladores o promotores de tierras realizaron una parcelación, cuanto menos pensada de acuerdo al tipo de suelo, y racionalmente distribuidas. Por ejemplo, a mayor escala, las áreas forman extensiones alargadas y se conectan natural y artificialmente en sus diferentes niveles de suelo. Son aprovechadas por su vocación relacionada, geométrica, a modo de puentes diagonales, conformados a los pies de las montañas. Como si de cadenas se tratara para subir y bajar diagonalmente. Esta práctica sensata con el territorio creo hace notar la capacidad de solución a los problemas físicos surgidos en ese suelo escarpado.
Ginebra
Desde la estación Brig hacia adelante el paisaje cambia nuevamente. Primero, al terminar el sendero al pie de las montañas y segundo al divisar al Lemán, lago en forma de media Luna invertida. Allí, una serie de ciudades vinculadas entre si al pie de ese lago, Montreux, Lausanne y por ultimo, la estación de llegada, Ginebra y su terminal, Cornavin.
Al Norte, el lago Lemán, al Sur unas montañas alargada, el Saleve, al Este los Alpes, al Oeste la cadena montañosa del Jura. La ciudad, como primera impresión, y a medida que uno se aleja del centro histórico, parece estar "amurallada" por montañas o bordes fuertemente marcados a lo lejos. No obstante, el transporte establecido hace cambiar la percepción rápidamente. En mi caso, usé la salida Oeste de esta ciudad, por Fort l ’Écluse, cuando de turismo se trataba para salir de dicha zona para dirigirme hacia otras ciudades francesas.
Debo resaltar que si no se tiene un mapa a la mano, debe entenderse que Ginebra como casco o área de ciudad es pequeña y al superar los 6 Km de distancia a la redonda se pasa al territorio Francés. Como describí cardinalmente antes, de momento a otro uno puede pasar de territorio Suizo a Galo con solo un pequeño vacío urbano, esto genera la percepción de tratarse de un mismo lugar si acaso no hubiesen controles fronterizos. Por ejemplo, aquí en Lima, la distancia del centro histórico hacia el aeropuerto internacional Jorge Chavez son 8 kilometros aproximadamente y, a los 6 km. como ocurre en la capital peruana se pasa de Lima al Callao, que es en ese caso la provincia constitucional. Digamos que es lo mismo, Lima es a Suiza como el Callao es a Francia, con las diferencias territoriales claro esta. No obstante, al igual que aquí, en Lima, la influencia que tiene la ciudad central, Ginebra, frente al territorio Francés es muy alta.
Ciudad Puente
Hace dos años pude notar que los distritos o comunas Francesas alrededor de Ginebra experimentan un desarrollo paulatino al estar conectadas con ella. Crecen en la escala los equipamientos urbanos periféricos en territorio Galo en relación a la centralidad Suiza. Residencias, escuelas, centros de construcción, recreo, comerciales e investigación. Desde la llamada ciudad satélite “Bing Bang”, denominada así graciosamente por la cercanía a la Organización Europea para la Investigación Nuclear, CERN por sus siglas en Francés, hasta distritos enteros, que denotan cómo la fuerza laboral de 635.000 mil cruzan día a día la frontera hacia Suiza para trabajar y retornar. Un fenómeno normal si no se tratase que son dos países vecinos con una frontera casi inexistente.
Los puertos, estaciones, terminales, bordes y sobretodo puentes serían los "huesos" de este fenómeno urbano si le quitamos romanticismo a esta actividad. Digamos que, si tratase de dibujar una síntesis de aquello podría apoyarme desde el paisaje de Russin, un pequeño distrito en una montaña suiza que mira a Ginebra, para figurar en un papel una serie de puentes en los aires de la ciudad, el cual cruzan las fronteras Galas en forma ondulante en dirección a Cornavin, la estación central. Y si acaso fuera a mirada peatonal, dibujaría una grieta en los suelos que acompañan el paisaje urbano y configuran la retícula del medio ambiente edificado. Solo le añadiría colores a esas grietas, en una escala de verde a anaranjado, siendo el último el color el de la aproximación a las estaciones de cercanías.
Grand Geneve
“Es una aglomeración urbana transnacional que cubre la ciudad y el cantón de Ginebra, el distrito de Nyon en Suiza, y partes del departamento de Alta Saboya, de Ain en Francia”
“Una zona de vida transfronteriza en auge donde la voluntad política es mantener una calidad de vida, en un territorio equilibrado”
Fuente: https://www.grand-geneve.org.
Región transfronteriza que busca unir un sector de Suiza y Francia bajo una misma visión territorial, un modelo de ciudad que se prepara para despuntar como gran metropoli, como allí indica, con voluntad politica. Sin embargo, imagino que no solo ello los ha llevado a este ambicioso plan, sino la sensatez que denota el conocimiento pleno de su territorio sin límites administrativos.
Este conocimiento del sitio como espacio territorial administrado resulta en el fondo el mismo saber que describí líneas arriba, durante la descripción del uso del suelo en los Alpes. Un conocimiento geométrico del territorio en sus habitantes, pero en este caso a nivel de ciudad.
Forma así, Ginebra como ciudad, un gran puente hacia una mayor escala. Una muy bien llamada Grand Geneve.
La geométrica como aprendizaje
Es creo la capacidad ya interna en el ciudadano y la gobernanza Ginebrina, por el cual ya se conectan plenamente con su territorio, comprende su ubicación geoespacial y la proyección en sus relaciones físicas inmediatas. Un salto cualitativo que abre paso a la sensatez en la ocupación y la priorización de las decisiones en el territorio. Un cambio “geométrico” entre sus ciudadanos, a cambio, se les abren nuevas perspectivas en las formas de conectividad ciudadana para el desarrollo integral.
Esta, es la conceptualización que abordo y, para este caso, trata de explicar en síntesis en lo que creo puede aportar la arquitectura como disciplina en el desarrollo humano y territorial.
Con una mirada geométrica, la conformación arquitectónica de los espacios serían más sensatos, puesto que abordaría el territorio como lo que es, el soporte de toda actividad. Esta propuesta al ser compartida mejoraría el nivel de discusión tan estéril en estos tiempos, donde parece no ponenerse de acuerdo si primero es lo económico sobre lo social o si es alrevez, y se centraría en lo que es más importante, el territorio.
Un conocimiento geométrico en los ciudadanos, es decir relacionado, sería una justificación, entre otras, para la planificación como prioridad en la ciudad. Que, sin plataformas de interconexión, puentes de distintas escalas, o terminales logísticos, no seremos capaces de superar exitosamente la desafiante morfología de las ciudades andinas.
Sebastian Najarro, Lima, 31 de Agosto de 2021.
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