Teletrabajo y la prensa
Sebastian Najarro, 22 de marzo de 2020.
La prensa, con temor a equivocarme, funciona como un proceso de captura de la realidad de la noticia de diferentes temas. Ella tiene etapas, recolección de información, opinión, edición y publicación. Todo ello dirigido a través del director de prensa. Sobre este personaje quiero detener el análisis y profundizarlo más adelante.
Este personaje, que es el responsable de decidir qué va a ser publicado y que no, es sino el catalizador de la información de lo sucedido (lo proyectado, lo producido, lo construido) aunque muchas veces solo se enfoca en las circunstancias del día a día. Pero este oficio me llama mucho la atención en tiempos en el que el fenómeno mundial del Covid-19 (Coronavirus) tiene al mundo entero detenido, ya sea por su complejidad como por el temor de no conocer sus alcances al día de hoy.
El gobierno peruano decretó hace una semana el confinamiento de las familias en sus casas en todo el territorio nacional y, entre otras medidas, declaró que las actividades esenciales eran las de necesidades primarias, pero además declaró que la prensa también estaba incluida en ella, llamándome mucho la atención, siendo esta no comprendida dentro de las primarias. Es así que esta actividad circula sin ningún problema, haciendo sus actividades de manera habitual, mientras las otras actividades deben de acatar la norma o realizarlas a través del teletrabajo.
Según una encuesta de IPSOS del día de hoy, cerca de 25 por ciento de peruanos perdió su trabajo, no dice donde ni en que actividad productiva, pero siento que se trata del sector informal de nuestra economía, ese sector que no tiene espacio fijo de trabajo, que es de ambulante y que podemos verlo en cualquier parte de nuestra ciudad, y no necesariamente me refiero a las personas que venden productos en la calle, sino también a aquellos que ofertan su trabajo día a día en diferentes puntos formales como asimismo también informales.
Es en este momento en que por obligación y acatamiento voluntario se puede observar la dificultad de poder trabajar con la normalidad de antes de esta pandemia, y la necesidad de aplicar las recomendaciones de los expertos cuando hablan del teletrabajo. En este punto quisiera reflexionar sobre qué significa y cómo aplicar ello.
Según el Rae, “es el trabajo se realiza desde un lugar fuera de la empresa utilizando las redes de telecomunicación para cumplir con las cargas laborales asignadas”.
Sobre ello, habría que pensar sobre el tipo de trabajo, pues si se trata de necesidades básicas, estas en una gran mayoría requieren de la mano de obra física, descartando en primer análisis el teletrabajo y, si acaso se trataran de actividades secundarias, poco a poco se introduciría este modo de trabajar, dejando preguntas tales como, cuántas personas pueden trabajar de esta manera, y otra, en qué actividades se desarrollarían estas?
El trabajo en sí mismo, se mide por productividad, es decir, cantidad o cualidad de un producto o servicio en un determinado lugar. No es acaso este un reto en el teletrabajo?, además, como realizar un trabajo para un empleador o cliente de manera periódica?. Estas preguntas aparecen mientras observo el llamado “cuarto poder” en las calles trabajando y posteriormente publicando en algún medio físico o virtual. A todo ello indago, es sino esta forma de trabajar una manera de proyectar el trabajo realizado y por su naturaleza periódica y de circulación, una manera de trasladar lo hecho hacia otro espacio?, es decir, acaso la prensa no es sino un productor de contenido sobre hechos? y qué sucedería si las personas, en todos sus oficios adquieren esta característica de la prensa, acaso publicarían los resultados de sus trabajos?. Sobre ello quiero profundizar.
La prensa no es diferente que todos los trabajos, salvo, por la periodicidad de sus resultados de información, allí es donde radica según pienso, su poder. Esta constancia de publicación es lo que carece la gran mayoría de trabajos, animándome a decir que , salvo grupos económicos conformados y debidamente organizados, las personas no exponen los resultados de sus trabajos en un medio público o al menos un circuito cerrado de su organización, y si lo hacen, estos se dan desde períodos trimestrales a más. Con esto no quiero decir exactamente que uno deba de dar el minuto a minuto de su producción, pero si, como hace la prensa, un resultado del periodo laborado. Todo ello a fin de poder dar cuenta a alguien que no vemos, pero en este caso, encarga como dice la definición del teletrabajo, “Labores asignadas”.
Retomando, para esta situación excepcional , propongo que las personas, en todos sus oficios, puedan publicar los resultados de su trabajo, a fin de dar a conocer indicadores relevantes para equis persona, pensando que esta puede ser tu actual empleador como asimismo tu cliente o potencial cliente. Un mercado virtual del trabajo capaz de acercar el espacio trabajado, en el caso de oficios de actividades primarias, a un mercado laboral especializado, como si fuese un puesto de periódico virtual. Todo ello podría darse siempre y cuando, se refuercen los recursos humanos, capacitando a los trabajadores para publicar periódicamente los indicadores estandarizados de resultados laborales y poder cumplir así el llamado hacia el teletrabajo.
Comentarios
Publicar un comentario